Siempre pensé que era una pesadilla, despertar y tratar de salir de la casa y darme cuenta, que mi casa flotaba en las olas del mar, sin poder bajar de ella.
Cuando niño, en los veranos, mi padre nos enviaba por los litorales de Montijo, lugar de su procedencia. Allí mi abuelo tenia una casa en Montijo y mi tía en Buena Vista, cerca de El Pilón. La finca donde frecuentaban llevarnos era en una caleta, de hecho, el nombre de la finca era La Caleta, un promontorio que a manera de istmo entraba hacia el mar.
En mis menudos regresos de Florencia Italia en los años ochentas, aprovechaba para hablar con mi hermano Abelino (tiene un año y medio menos que yo) para remembrar recuerdos de infancias y travesuras; fue allí en unas de esas intimas tertulias, que pude desahogar esa inquietud que, en mis soledades me preocupaban, recibiendo respuestas a todas ellas.
Abelino tomó su pickaou y me llevo a La Caleta y allí en istmo de arena se encontraban seis pillastres de cemento, donde estaba colocado la bisara casa de mi abuelo. Pues en ese lugar cuando la marea subía, la casa quedaba suspendida en sobre las pilastras de cemento, dando la sensación de flotar en el mar. Vine a descubrir toda la verdad de mi inseguridad a casi 37 años.
Pero todo eso influyo mucho dentro de mi, gracias a que pude escribir muchos cuentos fantásticos, componer muchas melodías y pintar -en distintas fases de mi vida- obras referente a la casa suspendidas en riba al mar.
La Casa en riba al mar.
2019
149 x 154 cms.
Acrílico sobre tela.
(del ciclo pictórico República Popular de Panamá)
En esta tela, Aristides va camino a La Caleta, se observan los caseríos del Pilón y Buenavista y la carretera que lleva hacia la finca.
En esta celebración del recuerdo y de la memoria, se nota el rio San Pedro con canoa y personajes en fiesta, es el rio que desemboca en la caleta donde se encuentra la casa en riba al mar.
La atención por resaltar la biodiversidad de nuestro Panamá Profundo, que en armonía a los animales y personas conviven en un maravilloso sueño donde figuras alegóricas celebran la esencia de nuestra idiosincrasia panameña.
En la parte izquierda inferior, se encuentra “La casa del Tío pescao”, y en su techo están Tío Tigre y Tío Perico que cantan junto al Tío pescao, detrás de ellos un pez que brota de la escena, desde su boca surge un árbol, sobre el árbol unas aves (pericos y palomas) defiende un nido, donde se encuentran algunos cachorros de perros salvajes. En la parte superior 4 figuras tertulian, bajo tres árboles de corutú.
En la parte inferior, los dos mangotes (cangrejos) del Bongo de Montijo. Una canoa trasporta músicos que tocan músicas folclóricas, con tambores, pitos de flautas, acordeones; aquí es la identidad representada bajo la Biodiversidad (hombres, naturaleza y animales en simbiosis y armonía representan los litorales montijanos). Continua un caserío con el camino que lleva al puerto de la riba al mar.
Cúspides de arboles con angélicos personajes que cantan y tocan con instrumentos musicales la escena central.
A la derecha la casa de la infancia de Aristides, donde él coloca su silueta. El motivo de su autorretrato, es porque mira hacia afuera de su casa, donde ángeles (estilos europeos) vuelan acompañando la acción de toda la obra, un pez flota junto a estas figuras (tal vez es una alusión a la casa del pescao), remembrar los recuerdos de infancia, del señor que vivía frente a la casa de sus abuelos, donde vendía pescao y que Aristides hace referencias en sus cuentos de interioranos.
Por estos motivos la casa del Tío Pescao y la de Aristides (Tío Tigre) se encuentran a los dos lados opuesto de esta obra, para que el observador de esta obra, admire lo que esta ocurriendo en el medio de la calle. Solución genial, porque hace participe al espectador.
Sobre la casa de Aristides un árbol con Tío Sapo y Tía Rana y mas arriba, la montaña de grandes arboles, que conducen a los manglares.
El grupo de figuras en la parte central de arriba o luneta, es una alegoría al estilo aristidianu’s…allí se encuentra él junto a la diversidad de sus personajes, que cabalgan sobre la cinta escrita. Allí queda escrita la celebración de su ciclo pictórico REPUBLICA POPULAR DE PANAMA, del cual hace parte esta obra.
Aristides recoge las narraciones lejanas de los cuentos interioranos y lo trasforman en piezas de arte, sus trabajos se concentran en exaltar la esencia de una nación, sin trascurra la belleza de los acabados pictóricos, a través de un personalísimo estilo, donde las telas azules, son expresiones máximas de sus propuestas.
Con “La casa en riba al mar” Aristides nos deja -a memoria futura- huella de su recorrido artístico, con una obra representativa del que en futuro se hablará.